RECUPERA A TU HOMBRE EN 7 DÍAS

La Despedida


… El escribir me ayudaba a sentirme cerca de ti y a ir en pos de mi sueño de ser un Triunfador, ¿Triunfar en qué? En todo lo que hacía y hoy escribía, daba conferencias y hacia diversos negocios… Para mi triunfar no tenía mucho que ver conmigo mismo, sino con tener libertad de tiempo y dinero, para estar con mis seres amados y no sufrir nunca de escasez económica, para así, estar en paz para crecer y crear, amando y viviendo en armonía, paz y felicidad. ESO ES TRIUNFAR PARA MI… Pero… ¿Y qué pasaba con tu Vida?

En tu interior algo se revelaba y te pedía salir de eso que tu llamabas el montón, (¿Cuál montón, me preguntaba yo mismo?) ¿Te referías a la gente que se va conformando con las migajas, que le va tirando la vida? ¿Te referías a aquellos que aparentemente tienen éxito, porque gozan de excelente posición económica y que sin embargo son infelices en su corazón? ¿Acaso el montón al que no querías pertenecer, era aquel donde la gente vive el agobiante peso de las absurdas normas e imposiciones sociales, dejando de lado las expectativas reales de su corazón, por miedo a exponerse a la crítica… crítica de aquellos que por el mismo motivo le han perdido sentido a su propia vida?

¿Te referías acaso al montón de mujeres que abandonan las cumbres de sus sueños, por cumplir con su papel de esposas conformadas, sumisas y con el letrero de propiedad privada del marido machista, colgado del pecho?... Era difícil de saber, pero algo era seguro, deseabas superarte como ser humano.

Tu vida comenzaría a tomar un rumbo favorable incluso para mi, (Sí, porque cuando una persona lucha por sus sueños todo mundo sale ganando y yo ganaba porque seguía siendo parte de esos sueños, continuaba siendo la constante demanda de tu corazón cuando pensabas en el amor, y tus deseos de superación te impulsaban a mí de forma inevitable, la fuerza de tus sueños fortalecía la fuerza de tu amor.

Te enrolaste en una escuela de pedagogía, y te dedicaste a enriquecer tu mente con libros y audios de motivación y crecimiento personal, así elevabas tu golpeada autoestima y por ley de causa y efecto te convertías paso a paso en una persona de éxito. Y no podía ser de otra manera, tu ya estabas poniendo todo tu empeño y por consecuencia la suerte estaba ya de tu lado, pues como tus libros y audios decían: “La suerte siempre favorece a las personas de acción”… Y yo agregaría… a las personas que se preparan para aprovecharla.



6

Yo sé bien que estoy afuera pero el día me que yo me muera, se que tendrás que lloraaar, llooooraaar y lloooraaar…

Eran las 6:00 am. Todas las mañanas desde aproximadamente 2 años y medio, ese repartidor del periódico local el sol de Tulancingo, era mi despertador. Todos los días repartía sobre su bicicleta sus periódicos a ritmo de una canción que cantaba a todo pulmón, lo hacía de forma alegre y con un sentimiento capaz de hacer palidecer a la Lupita “canta recio”, y como dato curioso, nunca le había escuchado repetir ninguna canción, ¡NINGUNA!

Durante mis días de universitario, ese pintoresco periodiquero me salvo muchas veces de llegar tarde a mi primera clase de contabilidad. Por las mañanas me levantaba el ánimo con su entusiasmo madrugador y me hacía reír con sus alaridos artísticos, cuando salía con la preocupación de algún examen en mente.

Pero como ese día mis ocupaciones estudiantiles iniciarían 4 horas después, me quede recostado sobre el sofá-cama, en que durmiera desde que me casara. ¿CASADO? Sí, me case. ¿Pero qué fue lo que originara mi matrimonio? ¿Cuáles eran las consecuencias que el adiós de Ana y mi relación matrimonial trajeran a mi Vida? ¿Cuáles eran sus limitaciones (si en realidad existían)?

Para retomar esta parte de mi relato, pido al amable lector que abra su corazón y su mente, más allá de las fronteras marcadas por la sociedad… Quizá en la verdad de estos hechos, encuentre las respuestas a muchos de sus propios problemas y/ó dramas sin resolver. Y juntos lleguemos a conclusiones interesantes y precursoras de la libertad y la felicidad perdidas, así como a la comprensión y renovación del verdadero amor.

Y para ser imparciales, iniciemos el relato desde un punto de vista externo, ajeno al de nuestro personaje… Pero quizá no tan ajeno a los sentimientos que se verán involucrados…

… Volvamos a aquella mañana de Octubre en que Ana, dijera Adiós a Luis…
La noche anterior, Luis incapaz de soportar más tiempo la agonía que le provocaba el desamor de Ana, al acompañarla hasta la puerta de su casa e intentar disfrutar de su reconfortante beso de despedida…

- ¿Qué tienes Ana? - Pregunto con una mezcla de angustia y desesperación en su voz.
- Nada – Contestó ella, con agresiva indiferencia.
- No me digas que nada, tu sabes que algo está sucediendo, tus besos son diferentes, y no me refiero a la humedad y calor que le proporcionan a mis labios, me refiero a esa sensación de sentir que no me besas desde dentro de ti, que no me besas con los labios del alma, queme besas con labios fríos, distantes, pareciera que me besas por obligación. ¿Por qué ya no me besas con amor chaparra?

Como respuesta, ella beso a Luis con una mezcla de rabia y pasión, como queriendo desquitar en ese beso, algún sentimiento escondido que la estaba lastimando… Luis no respondió a ese beso, solo dejo que su boca fuera explorada y hasta lastimada con aquella mezcla de rabia y pasión, eso era un mal augurio para su enamorado corazón…

Miro a los ojos de ella con inmenso dolor, dio media vuelta y empezó a caminar.
Solo había dado algunos pasos, cuando giro su cuerpo y quiso gritarle TE AAM La frase quedo incompleta… Ana, ya no estaba esperando en la puerta de su casa para verlo partir, como había echo siempre.

7

La noche fue muy larga, todo parecía indicar que Ana ya no le amaba, ¿y si tenía razón? ¿Y si ese maldito presentimiento era verdad? ¿Qué haría? ¿Qué pasaría con todos esos sueños e ilusiones de los cuales Ana era la Principal Protagonista? En todas su relaciones anteriores nunca le preocupo el futuro que le esperaba, cuando la chica en turno quería cortar con él…De hecho casi siempre quien terminaba la relación era él.

Pero ahora era distinto, la sola idea de pensar que Ana le retiraría su amor, le producía un temblor interno, ¡NO!... No debería estar pensando aquello, ella le amaba tanto como él a ella, las pruebas eran contundentes. Había enfrentado a su familia a pesar de que se negarán rotundamente a esa relación, a sus amigas y amigos quienes le advertían que esa relación no tenía futuro… En definitiva, tenía que confiar en que su amor era indestructible. En las paredes de su recámara están las pruebas de que su futuro lo vivirían juntos.

Luis había diseñado un collage de fotografías, en las que incluía sus sueños más importantes, tales como conocer el mar, ver nacer a su primer hijo ó hija, Visitar la torre Eiffel en Francia, entre muchos más. Pero el más destacado era Compartir su Vida con Ana… Por eso el amor que se tenían no podía morir así, simplemente… No podía Morir.

Y con esa esperanza se levantó muy temprano, se baño y se puso la ropa nueva la cual compró para agradar a su chica… El pantalón azul eléctrico y esa camisa de cuello mao color negro le sentaban muy bien – Pensó –

A continuación se dirigió a esperar a su nena frente a aquella escuela primaria donde todas las mañanas se veían, desde que ella iniciará el servicio social requisito de sus estudios de bachillerato.

El día estaba inmejorable, las copas de los árboles del parque de la ciudad, estaban totalmente pobladas de pájaros, que llenaban el ambiente con sus cantos matinales. El sol comenzaba a peinar el horizonte, el clima era muy agradable. “Por enésima vez Luis ensayo la posición en que él creía que se vería mejor”

Sus pensamientos hervían de amor y pensaba… Le voy a pedir disculpas y le voy a decir lo mucho que la amo, le diré que la comprendo y que soy un estúpido por mis histerias personales, sus pensamientos eran acompañados por esa alegre sonrisa común en los enamorados, ya estaba impaciente por abrazar al amor de su Vida en cuanto la viera llegar.

El micro bus que transportaba a Ana a sus brazos doblo la esquina, ella venía en ese, lo sabía, lo sentía. “Habían aprendido a sentirse mutuamente, incluso era común que se adivinaran el pensamiento” Estaba en lo cierto Ana bajo de aquel microbús, y se dirigió a él pero…

Su mirada estaba inundada de… ¿Lástima? Sí, parecía que lo miraba con lástima, y arrastrando sus pasos llego al lugar donde él se encontraba… Aquel maldito presentimiento volvió con la fuerza de un tornado.

Ella lo tomo del brazo y sin hablar lo dirigió hasta una de las bancas de cemento que había cerca, lo invito a sentarse aún sin hablar y le entrego unas hojas de papel dobladas de forma irregular, casi hechas bola.

Era una carta… Una carta que Luis hubiera preferido no leer Jamás.



… Luis Desdoblo aquellas arrugadas hojas, y comenzó a leer con un temblor interno inundándole el alma.

Luis: Tiene días que he estado pensando en nuestra relación, y anoche me di cuenta de que solo te estoy lastimando con mi cobardía, es por eso que hoy seré sincera contigo. Es verdad lo que me pediste aquel día cuando me pediste que no te idealizara, que solo eras un ser humano como todos.

Pero caí en la trampa y sí, te idealice…

Sí, te he amado mucho, eres el primer amor de mi Vida, pero no se qué paso, pues ya no siento lo mismo. Es verdad que te quiero mucho… Pero ya no te amo. Solo te quiero como a un amigo, perdóname, pero creo que no es justo que te siga engañando, te juro que he intentado volver a amarte, pero ya no puedo, YA NO TE AMO. Sé que esto te dolerá, pero después te darás cuenta de que es lo mejor para los dos.

GRACIAS POR TODO LO QUE COMPARTISTE CONMIGO

En cuanto al sueño que escribíamos juntos, fue muy hermoso… Pero solo fue eso… Un sueño.

Te quiere tu AMIGA: (Ana María)

Espero que puedas ser mi amigo, pero si no es así, no te preocupes yo sabré comprenderlo… Te deseo lo mejor y ojalá pronto encuentres a alguien que te ame como tú te mereces.

ADIOS.

8

¿Quién fue el idiota que dijo que los hombres no lloran? ¿Quién carajos había condenado a los hombres a reprimir sus sentimientos de dolor? ¿Quién es capaz de negar que aquel que llora, no es más hombre que aquel que se finge indiferente?
Luis pidió a Ana que conservará aquella cruz de cordón que se quito y colgó en el cuello de ella, (esa cruz era uno de los regalos más preciados que Luis conservará de su Padre). La miro y trato de perderse en el café de sus ojos y dejar de existir y para terminar le pidió un beso de despedida… fue extraño, pero aquel beso frío, le pareció semejar el último aliento de su vida.

Y así, sin decir más, Luis partió, sus pasos eran apresurados, al igual que aquellas lágrimas que ella, ya no pudo mirar. Al entrar a su casa Luis no pudo evitar ser visto por su madre, quién alarmada pregunto.

- ¿Qué te paso mi’jo? – Realmente estaba asustada, ya que jamás había visto a su hijo en ese deprimente estado.

Luis solo se abrazo de ella y le entrego la carta con la cual Ana terminara su relación… Después de leerla su madre le dijo:

- Tranquilo hijo, ya regresará – Lo alentaba como siempre lo había hecho aquella invencible mujer que tenía como madre bendita.

Luis solo movió la cabeza en señal negativa, mientras se ahogaba en sollozos que no podía controlar y le impedían hablar… Él sabía que no regresaría, pues un día Luis le comentó a Ana, que si alguna vez ella deseaba terminar su relación definitivamente, solo le dijera que ya no lo amaba, de esa forma el prometería no volver a molestarla… Y conociendo la impulsividad del carácter de su hijo, la señora madre de Luis le dijo:

- Cálmate José Luis (solo le decía su nombre completo, cuando estaba enojada con el ó cando le tenía que decir algo serio), tómalo con calma no vayas a hacer alguna tarugada, piensa en tu hermanito Jesús, él y yo te necesitamos.

- Sí mamá, no te preocupes, no va a pasar nada, voy a estar bien, (La tranquilizó procurando detener el llanto y las convulsiones que este le producía).

Lo menos que deseaba era sentirse necesitado, el solo deseaba desaparecer, deseaba rendirse, no quería que nadie le tuviera lástima, él estaba acostumbrado a ayudar a la gente, no ha recibir la compasión y la ayuda de nadie… ni siquiera de su familia. (Un error muy común en los jóvenes, que creen no necesitar de nadie, creen que eso los hace una especie de héroes, el saber que ellos si ayudan a otros pero ellos no lo necesitan, cuando en verdad el saber pedir ayuda y estar dispuesto a recibirla es el más grande rasgo de un verdadero héroe).

Subió a su recamará y comenzó a despedazar todas las fotografías que representaban su sueño, YA NO QUERIA NADA, (y sin embargo los sueños ya habían sido expresados, ya habían sido visualizados, el universo estaba ya trabajando en el pedido… aunque él aún no lo sabía), solo deseaba olvidar, tenía que olvidar para no dañar a su familia que ninguna culpa tenia. Debía recuperarse y seguir adelante, seguir avanzando, ¿A dónde? Eso no importaba, solo sabía, intuía que debía salir adelante y tratar de hacer algo por su familia, ¿Esperaba él algo de la vida? Hace unos minutos diría que no esperaba nada, porque con el amor que compartía con Ana, era seguro que todo lo conseguiría… ahora… ahora solo deseaba olvidar… olvidar todo.

Pero para lograrlo, tendría que deshacerse de todas las cosas que le recordarán a Ana, dibujos, tarjetas, cartas; y, los capítulos que Ana escribiera sobre “El sueño”. Eso haría a partir de esa misma noche, comenzaría a quemar todos los rastros que esa “niña tonta” dejara en su vida.


Tomo el teléfono y marco el número de varias de sus antiguas conquistas, así como de aquellas amigas que le tirarán la onda mientras andaba con Ana, hizo varias citas y también acordó con algunos “amigos” reunirse para echarse unos “pomos” y armar desmadre. No se daría tiempo de sufrir, no se daría tiempo de sufrir… no se daría tiempo de sufrir, se decía para sus adentros y mientras tanto, su rostro seguía cubierto de la lluvia salada que brotaba de sus ojos, sin que él lo pudiera evitar.

(Y en toda desgracia, es necesario darse un tiempo de luto, después de pasar la etapa de la negación que es cuando no aceptamos el evento que nos duele, pasamos a darnos tiempo de sufrirlo, para limpiar nuestro organismo y nuestra alma, así y solo así llegamos a la etapa de aceptación y poco a poco comenzamos a recuperarnos).

Y así, después de un rato, bajo a despedirse de su madre diciéndole:

- Ya me voy “chirga” (su mamá y él se llevaban como dos grandes amigos y por eso se decía sobre nombres de cariño, él le decía chirga y ella le decía fodongo, su madre era y siempre será una gran mujer).

- ¿No vas a desayunar hijo? Pregunto con un rastro de miedo en su voz, quizá por lo que su hijo pudiera hacer por aquel tremendo golpe amoroso, que una niña de 17 años le diera a su fodongo.

- No mamá, no tengo hambre, ya me voy a abrir el changarro, al rato nos vemos, le dio un beso en la mejilla, mientras su mamá le decía.
– Todos te queremos mucho hijo –
- Gracias mamá, lo sé – Dijo mientras se daba la media vuelta y pensaba, “Si todos me quieren, también Ana… Como un maldito amigo.

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