RECUPERA A TU HOMBRE EN 7 DÍAS

Tercera y ¿Última parte?


9

Que equivocada está aquella frase “mi media naranja” Es por este tipo de creencias sin analizar, que existen muchos problemas, sufrimientos y desgracias en el mundo.

Antes de entregarse a los brazos de amor, la gente debe aprender a ser una “naranja completa” para que esto sea lo que se le ofrece a la pareja, y la relación nunca caiga en ese círculo vicioso de: Enamoramiento, (cuando todo es color de rosa), Dependencia (Cuando no puedes ser feliz si no estás pegado a tu pareja), Luchas de Poder (cuando caemos en el estira y afloja del juego de si me la hace me la paga), Hastío (Cuando tu pareja ya no te parece tan maravillosa como al principio… y, como el espejismo del amor ya desapareció, generalmente aquí se comienzan a cocinar los famoso cuernos, o sea comienzas las infidelidades), y por último la separación (que si bien nos va, puede ser amistosa).

El amo no es esa tonta creencia, de que se necesita a otra persona para sentirse completos, el amor es convertirse uno mismo en una persona completa, integral, convertirse en la mejor persona que uno puede ser. Y así, regalarnos a esa personita especial que nos estará esperando en algún lugar, para entregarnos lo mismo, y juntos construir una relación de calidad, de metas, de evolución, de un amor que inspire a otros a dejar de engañarse con todos esos vicios que la sociedad le ha colgado al sentimiento llamado amor, y que tanto dañan al mundo en que vivimos.

Pensando en esos peligroso jueguitos románticos, una tarde en la publicación de su revista mensual GENTE POSITIVA, Luis escribió el siguiente artículo, en el cual el mismo negaba, que el sentimiento que le provocaba Ana fuera amor… para él, aquel sentimiento era diferente, era único, era…

UN SENTIMIENTO DESCONOCIDO

Te conocí hace poco tiempo y me pareció que alguna vez en el pasado ya te había soñado. Pero no… solo hace poco tiempo que te conocí.

Me puse a observar a la gente, y por ese mismo hecho no puedo decir que te quiero, porque la gente que dice eso, se comporta como dueño de la persona de su afecto, explotan en celos, regañan, acosan e incluso ofenden a la persona a la que dicen te quiero.

Seguí observando al mundo para tratar de definir esto que siento por ti, y tampoco puedo decir que te amo, porque he descubierto que quien dice amar. Sufre por quien ama, encuentra un mal sano placer en mantenerse siempre cerca de su ser amado, tanto, que ambas partes parecen fundirse en un solo e incompleto ser, que se estanca en el camino, tal como una piedra se estanca en la continua corriente de un rio.

Y a pesar mío, tampoco puedo decir que te deseo físicamente, porque quién eso siente, se desvela en inquietos sueños, transpira a la sola presencia de la persona de su deseo, inventa mil planes para consumar un acto sexual con ese alguien, y no encuentra la paz y la armonía en su existencia.

Es por eso que concluyo, que lo que tu inspiras en mí, no es cariño, amor ó deseo, es un extraño sentimiento, un profundo sentimiento, UN SENTIMIENTO DESCONOCIDO.

¿Por qué? La respuesta es muy simple cuando eres dueño de ese sentir, y es simple porque…

No te quiero para sentirme tu dueño, para celarte y mucho menos para llegar a ofenderte. Tampoco te amo para sufrirte, ni para agobiarte ó frenar el fluir de la evolución de tu destino…

Y cómo decir que solo te deseo, si en ningún momento me has parecido objeto de una simple y pasajera sexualidad.

Lo que sí puedo afirmar, es que para quererte no necesito que estés presente, pues a cada instante disfruto de tu intensa compañía, (aún sabiendo que está lejos), para amarte no puedo sufrirte, pues al contrario; te disfruto como un niño disfruta de la puesta del sol. Y para desearte, no necesito obsesionarme en poseer tu cuerpo, pues al respirar se que respiro el mismo aliento, que tu respiraste en algún momento… y puedo estar contigo compartiendo un mágico encuentro, cuando miro al cielo, cuando cierro los ojos y me envuelve el silencio, cuando escucho la música, cuando siento correr la lluvia por mi cuerpo… en fin.

No te quiero para apresarte, me gustas en libertad.

No te amo para estancarte, es sublime verte evolucionar.

No te deseo para un simple encuentro sexual, te disfruto en todo lo que me rodea, a cada instante, en cualquier lugar.

No te esfuerces en comprender todo esto, porque ya te lo he dicho, lo mío es un sentimiento que despertó al encontrarme contigo, que no es cariño, amor ó deseo…

TAN SOLO ES UN DESCONOCIDO SENTIMIENTO.

Llego la noche, y tal como Luis se lo había propuesto, comenzó a destruir todo aquello que le recordará a Ana, las fotografías donde lucían tan felices, tan enamorados, tan inseparables, las cartas donde la inocencia y magia del amor, podía sentirse en cada palabra escrita, las tarjetas, los regalos, todo.

Pero cuando estaba a punto de quemar aquellos capítulos de “El sueño”, que Ana escribiera en respuesta a los capítulos que él le escribiera a ella, se detuvo y decidió leerlos por última vez, deseaba revivir ese sueño que le parecía más que una simple fantasía. Le parecía una tremenda realidad… Estaba decidido, leería cada capítulo y después los quemaría.

EL SUEÑO (Tercera y ¿Última Parte?).

Al Comenzar a leer aquellas notas, que representaban el sueño de amor que un día escribiera junto a su nena. Luis rememoraba los capítulos que él mismo le mandará a ella, para así seguir la trama de su historia lo más fielmente posible, (¡Era increíble, pero recordaba casi cada detalle de toda su relación con Ana, DE TODA!).

Y así, sabiendo que era la última vez que viviría esa historia de amor, Luis leyó cuidadosamente cada palabra de aquel hermoso sueño, lo hizo como saboreando cada palabra, cada situación inventada por los dos, cada giro que tomaba la historia, cada pequeño acontecimiento, que les permitía a los dos conocerse más, compenetrarse más, amarse más, comunicarse más en la realidad de su relación y desarrollar una intimidad más allá de la que nace en una alcoba… leyó más como recordando algo vivido y el sueño continuaba así:

- Después de llegar al puerto de Veracruz y conseguir aquella habitación que les rentará la señora Sofía, gracias a la ayuda de Pamela, la dueña de la fonda de le diera trabajo a Ana… Se enfrentaban al dilema de dormir en una sola cama…

Aparte de una sola cama, nuestro cuarto tenía una estufa. Una mesita con sillas, una cómoda con luna, un sillón… y como una señal romántica la puerta del baño era de color rosa.

Como siempre tú estabas tratando de ocultar tu nerviosismo, al enfrentar el dilema de una sola cama, fue por eso que…

- Bueno hay que echarse un volado para ver quien se duerme en la cama – Dije para darte confianza y se evaporará tu nerviosismo.

- Bueno. ¡Si quieres! – Contestaste como muy segura de que ganarías el dichoso volado.

- Sí, sí quiero, y lo siento porque siempre gano los volados… Y el sillón no se ve muy cómodo que digamos ¿He? – Dije burlonamente.

- ¡Hay si tú! Presumido…

- Bueno ya, ¿No? – Saque una moneda de la bolsa de mi pantalón y la lance al aire y…Sí, me ganaste.
- Jajajajajaja – me hacías burla.

- Yaaaa, te acabas, una sola vez al año que me ganas – Y así, entre broma y broma comenzamos a preparar nuestras respectivas “camas”, fue en eso que llego la señora Sofía…

- Miren muchachos, aquí les traigo unas cobijas de más y un poco de café, ¡Ha! , y esta colchoneta, porque si alguno pensaba dormir en el sillón… no se va a poder – Nos miramos extrañados y a una voz preguntamos - ¿Por qué?

- Porque no sirve – Dijo – Solo está sobrepuesto, y como ya tenía mucho tiempo que nadie ocupaba este cuarto, no lo había mandado a componer, pero no se preocupen, que para dentro de una semana ya estará arreglado. Bueno hasta mañana, espero que descansen y si necesitan algo solo avísenme, mi cuarto está aquí enfrente. ¡Buenas noches, muchachos!

- ¡Buenas noches! – Contestamos, nos sentamos a tomar una taza de café y el silencio se hizo presente… inevitablemente la nostalgia se comenzaba a sentir, una vez más, el estar apunto de pasar nuestra primera noche lejos de nuestros hogares, la intimidad de una mesa, el aroma del café, evocaba los recuerdos que unidos a la tranquilidad de la noche, hacia de las suyas en nuestros ánimos.

Y así, en silencio nos dispusimos a dormir. Apagamos la luz y tú te acostaste con ropa, te acomodabas dándome la espalda y así, aprovechando que no podías ver mí desnudes (porque siempre duermo desnudo)… me levante de la colchoneta y fui a la cama para abrazarte por la espalda, - Sobresaltada dijiste –

- ¿Qué te pasa hígado? –

- Nada, no seas mal pensada, solo quería darte un beso de buenas noches y decirte que te quiero mucho… Y tal vez si tú me lo permites, me gustaría quedarme así abrazándote, hasta que te duermas ó platicar un rato. La verdad siento mucho miedo y una nostalgia tremenda.

- Respondiste sonriendo, (porque te agradaba mucho que ante ti, si me mostrará vulnerable y sensible, cosa que nunca hacia con los demás). ¿Por qué tienes miedo y nostalgia?

- Miedo por ti, porque no sea capaz de procurarte a modo de que no te falte nada, de que puedas decepcionarte de mí, y, nostalgia por mi familia, espero que estén bien y que un día apodamos regresar… Pero aun así quiero que sepas, que no me arrepiento de estar contigo.

- Bueno, pues pudiste venirte solo ó con cualquier otra chica, por ejemplo con tu ex novia Maribel. ¿No?
- No, esto solo lo pude hacer contigo y es mejor que ya nos durmamos, porque mañana debemos empezar nuestra vida con energía y entusiasmo. Hasta mañana mi amor.

Guardaste silencio después de contestar “Hasta mañana Luis” porque te diste cuenta de que me molesto tu comentario sobre mi ex.

- Discúlpame, no te enojes, solo fue un comentario – Dijiste al fin.

- ¿Sabes? Para mí, tú eres única, no eres igual a cualquier otra, estoy contigo por algo mucho más profundo, que un título social de novios, esposos o algo así. Estoy contigo por algo mucho más grande que eso, y lo sabes Ana, me duele mucho que hagas esos comentarios, pero está bien te comprendo.

Volvió el silencio, me dio la impresión de que tramabas algo, de que pensabas algo, por eso continué. – No quiero que me contestes, pero quiero que me ayudes a defender de TODO Y DE TODOS, este sentimiento que existe entre los dos. – Te volviste para mirarme a los ojos y dijiste – Entonces vístete. – ¿Por qué? – Porque quiero que durmamos juntos… Pero vestidos. –Tonta – Dije.



- Buenos días floja – Bromeaba claro.

- Buenos días madrugador – Me seguías la corriente - ¿Por qué te bajaste de la cama?

- Es que no me dejabas dormir con tus ronquidos, jajajaja –

- ¿Yooooo? No seas mentiroso yo no ronco, - Dijiste entre risas, Con esa sonrisa que tanto amaba.

- Bueno – conteste – Lo que pasa es que no puedo dormir con ropa, y me baje a la colchoneta para poder quitarme el pantalón… por cierto me lo puedes pasar por favor – Extrañamente mi ropa estaba en el sillón, y no junto a la almohada donde yo la había dejado.

- ¿Yoooo? Si soy tu amiga, no tu esclava – Y tu sonrisa maliciosa descubrió tus intenciones.

- Ándale, no te pases corazón, - Insistí divertido – Pero tu fingiste que ya no me escuchabas, y seguías poniendo la mesa para que desayunáramos, (aunque solo fuera café caliente).

Y sin más remedio, me enrolle en la cobija, me levante por el pantalón y como pude me lo puse, sin permitir que me vieras ni el dedo gordo del pie…

- Huy – huy – huy, ni que estuvieras muy bueno ¿he? - Reímos juntos mientras te levante en mis brazos para darte vueltas hasta no poder más – Estoy muy feliz de estar contigo chaparra, pero ya vamos que Pam ya debe estarnos esperando.

- Si tienes razón – Contestaste – Ella nos dijo que si no éramos fijados, nos podría conseguir trabajo y la verdad necesitamos conseguir dinero para comprarnos ropa, porque con tus prisas, no se nos ocurrió que tendríamos que cambiarnos de ropa algún día. – Yo baje la cabeza apenado, pues tenías razón, ya nos quedaba poco dinero y solo teníamos la ropa que llevábamos puesta. –

- No te preocupes mi amor, yo trabajare duro para que nada te falte – Atine a decir sinceramente.

- ¿Tú? – Respondiste un tanto molesta – No, higadito, aquí jalamos parejo los dos ó no hay trato, además no creas que voy a estar en la casa todo el día, limpiando y cocinando para ti.

- Ah, lo que sucede es que eres capaz de trabajar con tal de no cocinar ¿verdad?, - Fue mi respuesta mientras con la mirada te agradecía por ser tan linda y pareja conmigo, por estar dispuesta a unir tus manos a las mías, para construir juntos el futuro de nuestro amor.

- ¡Claro! Yo no cocino ni en defensa propia, jajajaja – Tomaste mis manos y me miraste profundamente a los ojos… No sé que ibas a decirme, pero una vez más sentí esa sensación de intensidad, de un algo incontenible, de una tremenda ola de amor que me envolvía y me provocaba unas inmensas ganas de llorar de felicidad… - Pero si tú me lo pides – continuaste – Aprenderé a cocinar para ti. - ¡¡¡Si me amabas!!! Porque desde que te conocí, sabía que no existía nada que odiaras más que la cocina.

Nos dirigimos a la fonda de Pam…

Y así, noche tras noche, Luis, repasaba cada capítulo de que aquel compartido sueño de amor, volvió a reír con las ocurrencias que escribiera Ana, volvió a llorar cuando a través de letras formando palabras, uno a otro se decían cuanto se amaban, todo lo que se significaban mutuamente, volvió a conocer más a su nena, volvió a sentir esa enorme sensación de amor, y volvió a preguntarse cómo era posible que Ana, le hubiese abandonado de aquella manera tan cruel, tan determinante, negándole la más mínima oportunidad de luchar por su amor.

No hay comentarios: