RECUPERA A TU HOMBRE EN 7 DÍAS

La Realidad del Sueño (Capítulo II)


1

La taza de capuchino humeaba sobre la mesa de nuestro viejo café “Wendolin”… tenía ya 7 años que te habías cruzado en mi vida, para ser exactos 7 años y casi dos horas, muchas cosas sucedieron desde entonces, tu terminaste tus estudios de bachillerato e iniciaste tus estudios de pedagogía, yo termine la carrera de mercadotecnia y la ejercía, a la vez que la combinaba con la pasión de mi vida “escribir”.

Había soñado muchas veces con volver a encontrarte, el amor que existía en mi interior se negaba a extinguirse, a pesar de que 6 años atrás, me escribieras aquella cruel frase… “Ya no te amo, solo te quiero como amigo” (porque las mujeres piensan que esa frase será placentera para nosotros los enamorados, es el peor latigazo que se le puede dar al corazón, como quien siente lastima más que amor o amistad)… a pesar de que rehacer mi vida se convirtió en un atarea titánica, a pesar de que todo mi mundo giraba en torno a la relación que juntos habíamos construido. A pesar de todo… el amor se negaba a morir.

“Lo recuerdo muy bien”, estaba petrificado frente a tu puerta… y no tuve el valor de tocar para tratar de convencerte de que te fueras conmigo… El temor al rechazo fue mayor a mi sueño de viajar contigo a otros lugares desconocidos. La lógica despiadada me decía que era imposible que siendo solo mi amiga aceptaras acompañarme, que el amor que yo creía me tenías, podía ser solo una alucinación de mis deseos.

Y así, el peso de la incertidumbre me obligo a desandar mis pasos, (¿Cuan tontos podemos ser, cuando en todas las áreas de la vida, lo único que nos detiene para vivir un cuento de hadas es el miedo al rechazo? ¿Por qué no vemos que si lo hacemos y somos rechazados, es lo mismo que si no lo hacemos? Entonces ¿Por qué no intentarlo?).

Llegue a mi casa, salude a mi madre y me dirigí a mi cuarto, tome una libreta y comencé a escribir para ti… “El Sueño” que por un momento estuve a punto de proponerte, hiciéramos realidad. (Hoy lo sé, escribí, porque hacerlo nos ayuda a entendernos, nos ayuda a solucionar cosas, nos ayuda a compartir… como ahora lo hago contigo amigo lector, y así, es como la magia del efecto mariposa se logra… TODOS estamos conectados.)

Te propuse que viajarás conmigo en el mundo de la imaginación. Y así, comencé a escribir… “Todo empezó aquella noche de domingo, yo tenía escasos 21 años cumplidos, y hacia ya casi un año de haberte conocido”…

Y ahora, después de todo este tiempo, después de tantos sucesos en nuestras vidas, me encontraba allí, en el viejo café, esperando por ti.

Los minutos trascurrían con una lentitud casi mortal, mis dedos se aferraban con fuerza a la esperanza de aquella carta que traía en la bolsa izquierda de mi chamarra, la leía una y otra vez, aferrándome a ella, casi con la misma vehemencia, con la que todo el mundo se aferra a la última oportunidad.

… “Te espero el lunes, en el único café al que fuimos cuando éramos novios”… pero a tu misiva le falto la hora de la cita, y por lo tanto no pude ser puntual como era mi costumbre… desde aquella vez cuando un buen anciano amigo mío me dijo: “Si lo deseas desperdicia tu tiempo, pero NUNCA, NUNCA, desperdicies el tiempo de los demás. La Vida está compuesta de tiempo y el tiempo de momentos… esto un día lo comprenderás. La puntualidad es cortesía de Reyes”.

Ese fue el motivo por el cual llegue al café a las 6:00 pm en punto, y aunque un presentimiento me decía que la cita era a las 8:00 pm, una vez más; como si no supiera, como si en todo este tiempo no hubiera aprendido…Que los presentimientos y las coincidencias son el lenguaje que Dios utiliza para hablarle al corazón humano… Ignoré mis presentimientos y llegue dos horas antes… y como no podía evitarlo, seguí recordando nuestra relación.

Como el día en que por fin tuve el valor de pedirte que fueras mi novia, fue un 1ero de Febrero. Fui a recogerte a la escuela y veníamos en la “micro” que nos conducía a tu casa, Yo había escrito en un papel, con letras grandes la clásica frase “¿QUIERES SER MI NOVIA?” Y en un momento del trayecto la pegue en el respaldo del asiento que estaba frente a nosotros, para que tú la leyeras.

Cuando leíste mi nota, te quedaste literalmente helada, no atinabas a decir nada, quizá por tanta norma familiar, por el temor e inseguridad propia de tu edad, no lo sé, hasta que de pronto me dijiste:

- Mañana te digo ¿Sí?

- No, por favor, contéstame ahora, (después de casi un año de buscar el valor para confesarte mi amor, ya no podía esperar más. Y menos ahora que me había decidido a hacer algo… hacerlo en vez de solo soñarlo). Luego de mucho insistir… porque te gustaba hacerte del rogar…

- Está bien, te daré mi respuesta cuando bajemos del micro – Dijiste.
Fue inevitable, todo el tiempo que transcurrió para que llegáramos a tu casa se me hizo eterno, igual que las misas religiosas se les hacen eternas a los niños y niñas de cualquier edad.

Por fin llegamos y te dije:

- Bueno déjame pedírtelo como Dios manda… ¿Quieres ser mi Novia? - Tomaste mis manos y dándome un beso en la mejilla me dijiste casi al oído…

- ¡Claro que quiero ser tu Novia – Nos abrazamos y comprendí que eso de hacer “oficial“ nuestra relación, salía sobrando. Nos amábamos desde mucho tiempo atrás, y nunca nos hizo falta el titulo de novios para hacerlo.

Tuve la sensación de que tú sabías esto antes que yo, y aún así, volviste a satisfacer mis deseos diciéndome que Si… Sobra decir que me sentí un poco tonto, pero exageradamente feliz… “¿Acaso la Felicidad puede ser exagerada?”.

2

La duda siguió taladrando mi cabeza todas y cada una de las noches de mi vida… ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué? Si yo sentía en mi corazón que me amabas más allá de la lógica de tus años, si tus ojos dejaban salir los te amo que tu boca pretendía callar, ¿Por qué me escribiste aquella carta, diciéndome que solo querías ser mi amiga? ¿Por qué si ibas a dejarme me entregaste la maravillosa y preciada inocencia de tu primera vez… solo unos días antes de lanzarme el dardo cruel de tu adiós? ¿POR QUÉ?

¿Por qué me habías condenado a vivir sin ti, si mutuamente nos convertimos en el timón y la brújula del barco de nuestras vidas?... Las preguntas estaban allí, sin una sola respuesta y muchas tontas y lastimera suposiciones, incluso yo mismo te disculpaba de tu forma de actuar diciéndome a mí mismo “es que solo era una niña… una niña tonta jugando al amor”, pero en realidad te sabia toda una mujer, sí, con mucho por delante, con mucho por crecer, pero una toda una mujer al fin.

El reloj marcaba las 7:52 pm y más preguntas cruzaron por mi angustiada mente, ¿Habré llegado tarde?, ¿Habré equivocado el lugar?, ¿Habrá sido una broma?, ¿Sera que el amor se escapo de mi vida?, ¿Será que estoy condenado a representar un papel, a inventarme mentiras para no perder la razón en el presente, por encontrarme perdido en el pasado? (Algo así como aquella vez cuando un psiquiatra pudiendo regresar la cordura a su paciente (mujer) NO lo hizo, porque en su locura la paciente era feliz, se inventaba un esposo amoroso, una familia, etc. Y en la realidad su esposo la dejo, sus hijos murieron y no le quedaba nada, ¿Para qué regresarla a la realidad?).

Esto era una verdadera tortura, estaba volviendo a sufrir todo lo sufrido, a vivir todo lo pasado y ha anhelar todo lo que creí olvidado…

Para aliviar mi angustia y matar las dudas comencé a escribir “El escribir me ayudaba a darle salida a la fuerza de mi amor, desde que inexplicablemente e injustamente te fueras de mi lado”. Puse un titulo como era mi costumbre al escribir, mi nuevo artículo se llamaría La Esencia.

¿Porqué se me ocurrió ese título?, quizá porque nuestras vidas tenían la misma esencia, como si nuestros cuerpos compartieran la misma alma, no lo sé, la mayoría de todos mis actos siempre terminaban rodeados de algo que me recordaba a ti… Y la pluma inició su danza, sobre la pista banca de las hojas de la libreta que siempre cargaba conmigo…

LA ESENCIA

Cada ser humano nace con la capacidad de soñar, con la capacidad de entusiasmarse y sobre todo con el anhelo consiente ó inconsciente de vivir si vida al máximo.

Y no importan nacionalidad, fronteras ó idiomas, tampoco sexos ó religiones, lo único que parece importar es la edad, y todo inicia así:

Cuando se es niño, todo nos asombra… las flores, los insectos, los colores, los perros, lo gatos, el sol, la lluvia (especialmente el granizo y la nieve), la música, las nubes, en resumen, todo. Y a pesar de que los mayores nos dicen constante… “No toques, no corras, no te mojes, no te subas, no te bajes, no grites, no preguntes, no hagas ruido, no te ensucies… Resumiendo te dicen NO SEAS FELIZ. A pesar De eso repito, seguimos estando llenos de entusiasmo.

Cuando somos adolecentes soñamos con lo que queremos ser, hacer y tener en la vida, y, nuestros sueños son ambiciosos, no tienen límites. Pareciera que la esencia divina y creadora de Dios circulará por nuestras venas, y palpitará con todo su poder en cada una de las células de nuestro cuerpo.

Y a pesar… una vez más, que los mayores nos piden que pongamos los pies en la tierra, que seamos realistas y prudentes para no sufrir una desilusión. SEGUIMOS generando esa magia, esa energía que generalmente se le atribuye a la juventud, pero que está presente sin embargo de la edad en todo ser que se atreve a soñar y a perseguir sus sueños (sin importar el tamaño del sueño, cada sueño es importante y único… un sueño no tiene tallas, ni valor monetario ó social. Un sueño solo se mide por la felicidad que te hace sentir en el corazón y magia y energía que te hace despedir por los ojos, la voz, tus movimientos, tu sonrisa, tu creatividad, tu fe… ¿TE DAS CUENTA?).

Pero al paso del tiempo todos esos sueños de Éxito, Fama y Pasión, nos ponen a prueba con obstáculos que miden nuestro deseo, con pequeños y grandes fracasos, que prueban tasan perseverancia. Y lo más difícil, con pequeños éxitos que nos ponen la tentación de conformarnos y no seguir luchando por el sueño original que os inspiraba… (Algo similar a cuando un niño quiere una bicicleta y el papá o mamá le compran unos patines y le dicen, anda juega con los patines, olvídate de la bicicleta, los patines son más seguros. Y ejemplos hay muchos y si tú has abandonado un sueño por la tentación de los pequeños éxitos o logros, hoy lo sabes, te has dado cuenta… duele sí, pero te ayuda a despertar… Éxito.)

Todo esto sumado a los consejos de toda esa gente que optó por conformarse, para dedicarse a criticar y desalentar a los que aún luchan por sus sueños, nos van orillando a tres caminos.

1.- Rendirnos Desistiendo de nuestros Sueños.

2.- Conformarnos con lo obtenido y detener nuestra lucha.

3.- Luchar a pesar de todo, soportando que la mayoría de la gente… incluyendo nuestros seres más queridos nos digan: Loco, necio, tonto, soñador…

Y para mi (espero también para ti), la tercera es la mejor opción. Porque rendirte o conformarte, te vuelve la vida monótona, fría, aburrida y muy pesada. Tomar la decisión equivocada te roba la esencia mágica que Dios ó la fuerza superior en la que tú creas, te regaló… la capacidad de soñar, de entusiasmarte, de crear.

Entonces tu vida se convierte en trabajar, comer, dormir y esporádicamente tratar de divertirte, buscando darle un sentido a la Vida, en vez de disfrutar de tener una Vida con Sentido. Tu Vida se trasforma en: El qué dirán, el criticar y en darle importancia a cosas que no la tienen como: el último grito de la moda ó en esforzarte por hacer creer a los demás lo que no eres en realidad, en aparentar tener lo que no tienes… o sea pretender que eres feliz y tienes estabilidad económica, así como paz mental y espiritual.

Y quiero ser claro en cuanto al concepto de éxito del que estoy hablando, Porque éxito no significa necesariamente dinero, el éxito está en amar lo que haces, en hacer lo que amas, en sentirte satisfecho contigo mismo al saber que estás dando tu mejor esfuerzo al luchar por tus sueños.

La paz espiritual no la tienes al pretender despertar la envidia de la gente, sino al saber que has sido honesto contigo mismo y con tu Dios, al utilizar todos tus talentos poniéndolos al servicio de la humanidad, al saber que tu lucha en pos de tus sueños, te convierte en el mejor ser humano que eres capaz de ser.

Y la tranquilidad mental, se tiene cuando te miras al espejo y observas que la imagen que se refleja te mira orgulloso y satisfecho, y que esos ojos que te miran de frente, te felicitan por haber tenido el valor de conservar viva y latente la esencia de tu existencia, la esencia de tu Vida.

No te permitas soñar con ser un gran saxofonista, una buena pintora, un buen escritor, una buena fotógrafa, un buen empresario, una excelente profesora, un destacado doctor, un deportista triunfador.

No te prometas soñar todas esas cosas y muchas más, sin prometerte a ti mismo, a ti misma, NO RENDIRTE NUNCA, NO CONFORMARTE JAMÁS.

Consigue que la esencia divina permanezca en ti, desde tu primer aliento, hasta tu suspiro final. Vive tu vida al máximo, sin escatimar esfuerzos, sin abaratar tu felicidad.

Recuerda que entre más trabajes por tus sueños, cuando los alcances, más satisfecho te sentirás. Que tu vida sea el mejor ejemplo…

Levanté la vista de mi libreta… y allí estabas tú. Llegué a pensar que ya había esperado mucho por este encuentro, pero al toparme con la salvaje y tierna belleza de tus ojos… supe que te abría esperado toda la vida… y quizá todavía más. “Apresurado para no dejar escapar mis ideas, termine el artículo que escribía”

… que puedas dar a los demás, y que así, de ejemplo en ejemplo, construyamos juntos un mejor mundo, UNA MEJOR HUMANIDAD.

Tomaste tu silla, pusiste tus cosas en ella y te sentaste en otra, yo te contemplaba con una rara mezcla de seguridad e incertidumbre, como si de pronto fueras a desvanecerte en mis manos y a la vez mi corazón supiera que nunca te podrías marchar.

Sentí como si todos esos años no hubieran pasado, como si nuestro amor siguiera latiendo con la misma fuerza que ayer, con la misma esperanza de mañana, con la misma consciencia de hoy. Tuve la sensación de que siempre has estado, aún antes de conocerte, aún después de perderte, sentí que siempre has estado aquí, que eres una parte de mi que nunca se podrá ir, pensé que el amor es un espacio donde podemos expresarnos, que el amor contiene al tiempo y nunca el tiempo al amor.

- Hola – Dijiste

Contesté tu saludo y la plática comenzó a fluir de forma clásica, “¿Cómo has estado? ¿Qué has hecho? ¿Cómo está la familia?... Parecía que eludíamos las cosas de las que en realidad deseábamos hablar.

Supe que estabas dando clases, que estudiabas pedagogía y además tomabas un curso de corte y confección, te conté mis sueños por escribir y dar conferencias motivacionales y educativas, hablamos de tu familia y de la mía… todo esto mientras tomábamos nuestro clásico café capuchino.

El tiempo se hizo nada y llego el momento de despedirnos, a pesar de que platicamos de todo menos de nuestra relación, algo quedo totalmente claro… NOS SEGUÍAMOS AMANDO.

¿Cómo era posible? ¿Por qué bastaba vernos a los ojos, para sentirnos envueltos en la magia del amor? ¿Debíamos sentirnos culpables por seguir amándonos como siempre? ¿Qué consecuencia traería a nuestras vidas y a la de la gente que nos rodeaba, este reencuentro que tarde o temprano tendría que suceder?


3


Entre nuestro pasado y nuestro presente, una enorme variedad de acontecimientos y principalmente personas, se habían cruzado en la red que el curioso destino, se encarga de confeccionar.

Tu vida había girado en torno a tu trabajo, tu familia, a tratar de ingresar a la escuela de pedagogía de tu elección y en varios intentos de relación amorosa.

Desde que aquella mala amistad tuya de mintiera diciéndote que yo tenía muchos deseos de estudiar la universidad y que la relación que mantenías conmigo me estorbaba… y tu nombre, inocente e inexperta, comenzaste a pensar en terminar conmigo para no estorbarme en mis deseos… Y así, tus ojos comenzaron a buscar otros horizontes masculinos, tratando de encontrar un reemplazo que ocupará mi lugar. “Tu decisión estaba tomada, terminarías conmigo para que yo pudiera estudiar una carrera” (lo dicho ver telenovelas nunca le ha dejado nada a nadie, y tu actitud era reflejo de la programación televisiva que había en tu cabeza.)

Y tu estrategia fue muy sencilla, comenzaste a alejarte de mí, esquivabas mis besos, te mostrabas indiferente, y comenzabas a ser coqueta tratando de atraer a otros chicos.

¡Y Claro que lo noté! Te sentía fría, distante, no comprendía porque de un momento a otro, las toneladas de amor que me entregabas día con día, hubiesen desaparecido. Mi estabilidad emocional comenzó a tambalearse como un barco que de pronto se hundiría, y, los problemas comenzaron a llegar… hasta que nuestras vidas tomaron rumbos diferentes, hasta que el barco se hundió… por lo menos aparentemente.

Yo me refugie, en el trabajo, en mi familia, y tontamente en muchas otras mujeres, mi vida se convirtió en algo similar a un crucero de placer y un día, llego la oportunidad de estudiar en una nueva universidad en la región.

Para entonces ya había comprendido que no podría sustituirte, que no podrías sustituirme, que solo estaba dañando a las personas con las que me relacionaba, que debería detener ese tonto intento de encontrar tu sabor en otros labios, de encontrar la caricia que me brindabas al mirarme en otros ojos. Por eso me dedique de lleno al estudio, trabajaba vendiendo desde desodorantes hasta aparatos electrónicos, lavaba los coches de los maestros en la universidad, para completar los gastos que los estudios me exigían.

Todo esto debido a que me decidí a abandonar el negocio de zapatos del que era dueño, en parte por las ventas bajas, en parte porque quería alejarme de la tortura de verte pasar frente a mi… Y hasta coloque un letrero frente a mi cama que decía “NO TENER NOVIA EN UN AÑO”.

Mientras tanto…

Tú… según tus propias palabras, te entregabas a tu vida carente de importancia, te la pasabas de constante mal humor, y tus relaciones sociales eran limitadas e intrascendentes, te refugiabas en una actitud desafiante y ofensiva para proteger la sensibilidad de tu corazón, (Y mucha gente hace lo mismo, aparenta dureza para ocultar ternura y sensibilidad… lo malo de esta constante defensa es que terminan creyéndose que son duras y terminan amargadas… que nadie lo haga más, no vale la pena créeme)… Y así tratabas de convertir tu amor por mí en desprecio y rencor (como si yo fuera el culpable de todo ó yo te hubiera abandonado).

Era comprensible que tu vida se encontrará desequilibrada, ya que al decidir dejarme, con la ingenua idea de que así podría estudiar, (pero sin confesarme jamás el por qué de tu abandono… yo era todo menos adivino. Jajaja)… Continúo… Creías firmemente que te esperaría toda la vida, y en vez de eso, yo, al saber que ya no me amabas, opté por volver a mi vida de antes de conocerte “Haciendo honor a aquel bello vals titulado Vino, Mujeres y Canto” en vez de dedicarme a buscarte como tu creías pasaría, era normal; te sentías decepcionada, confundida, engañada. (¿Porque las mujeres se complican las cosas?)

¡Claro! Tú sabías que yo te seguía amando, pero yo vivía con la idea de que tu amor por mi ya no existía, tu conservaste todas mis cartas (suficientes como para hacer una biblia del amor), como prueba y recuerdo de mis sentimientos por ti. Y yo había quemado las tuyas… y no era por malo, era para no martirizarme leyéndolas y releyéndolas.

Tú me considerabas un traidor infiel, tú me resultabas leal y sincera por tener el valor de confesarme que ya no me amabas, tú me amabas en un silencio casi mártir (Repito esas telenovelas que malas son)… yo buscaba mil maneras para olvidarme de ti, los únicos recuerdos que conservaba estabas en mi mente, y los que tu conservabas estaban en papel, en la esperanza de aquel sueño que leías todas las noches en que te sentías sola, y buscabas de alguna manera; volver a sentir la incontenible fuerza de mi amor envolviendo tu ser…

Y el sueño que un día escribiéramos juntos (E imagináramos con tanta intensidad, como si lo viviéramos de verdad)…

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